El municipio bajacaliforniano se prepara para enfrentar la llegada de miles de migrantes expulsados de los Estados Unidos.
Ante las amenazas de deportaciones masivas de migrantes anunciadas por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, el municipio de Tijuana declaró estado de emergencia. Según el alcalde Ismael Burgueño, la ciudad «no cuenta con la infraestructura necesaria para atender a las comunidades que podrían ser deportadas en gran número».
En una sesión extraordinaria, el cabildo de Tijuana aprobó medidas para preparar al municipio ante lo que calificaron como una situación atípica.
Entre las acciones planteadas se incluyen el arrendamiento de bienes, contratación de servicios públicos, adquisición de insumos y obras en instalaciones municipales o arrendadas.
Estas medidas buscan garantizar la atención básica a los migrantes deportados.
La declaratoria de emergencia también contempla la coordinación con autoridades estatales y federales para obtener recursos del presupuesto federal destinados a este tipo de situaciones.
De acuerdo con el gobierno de México, 25 albergues oficiales se abrirán en los estados fronterizos con Estados Unidos, de los cuales seis estarán ubicados en Tijuana. No obstante, las autoridades locales aún están buscando espacios adecuados, como naves industriales en zonas de maquiladoras, para habilitarlos.
Actualmente, los albergues gestionados por organizaciones civiles en Tijuana están saturados y no cuentan con los recursos suficientes para recibir a un número adicional de deportados.
El plan de Trump prevé la deportación de 11 millones de migrantes durante su mandato, comenzando con un millón en el primer año, según declaraciones de su asesor Stephen Miller.
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