Los planos garantizan que la nave será igual que aquella donde se conocieron Jack y Rose.
Durante más de una década, el magnate australiano Clive Palmer ha acariciado la idea de construir una réplica del icónico trasatlántico Titanic. Su visión es clara: una nave lujosa y segura que no repita la tragedia de 1912.
Palmer, quien ha acumulado una fortuna gracias a regalías mineras, revivió su sueño en 2018 después de un breve paréntesis. Ahora, en 2024, con el resurgimiento de la industria de cruceros tras la pandemia, ve la oportunidad perfecta para hacer realidad su ambiciosa empresa.
«Es mucho más divertido hacer el Titanic que sentarme en casa y contar mi dinero», declaró el empresario a los medios locales.
Como presidente de Blue Star Line, la compañía detrás del proyecto del Titanic II, Palmer anuncia con entusiasmo la reactivación del proyecto después de retrasos globales. Los planos prometen una reproducción fiel del original, pero con estándares de seguridad modernos.
Con capacidad para más de 2,300 pasajeros, el Titanic II invita a los viajeros a sumergirse en la época dorada del siglo pasado, aunque vestirse de época no es obligatorio.
«El Titanic II será el barco donde los sueños de millones se hagan realidad», concluyó Palmer, destacando la majestuosidad única de esta futura atracción marítima.
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