Este fenómeno natural no solo destruyó edificios y bienes materiales, también limitó las tradiciones por el Día de Muertos, dejando a las familias sin los productos para colocar la tradicional ofrenda
El paso del Huracán Otis no sólo dejo destrucción, familias enteras sin un lugar donde vivir, otros lamentablemente perdieron a aun ser querido, entre otras cosas más; pero en estas fechas hay otro factor que también ha marcado la sociedad, es que ante los problemas de abasto de agua y comida, que los ciudadanos acapulqueños se han olvidado de la ofrenda de Día de Muertos, no por descuido, sino que no han tenido el tiempo de ponerla por seguir trabajando en la rehabilitación, sino también no hay donde adquirir lo que necesitan para su altar.
La señora Guadalupe, una de las vecinas de la zona de Acapulco habló de la desesperación que tienen para adquirir lo necesario para estar juntos y que no se acordaba de las fechas en la que estamos; “no recuerdo que fecha tenemos, lo que siempre veo es desolación u familias enteras buscando que comer al día, incluso no podemos hacer tres comidas, hemos tenido que estar hasta un día sin comer.
Es importante señalar que el huracán Otis no solo destruyó edificios y bienes materiales, también limitó las tradiciones del Día de Muertos, dejando a las familias sin los productos para colocar la tradicional ofrenda, como la flor de cempasúchil, el copal, las velas y el papel picado, además de las necesidades de reservas de agua potable.
Algunos productos que se utilizan para los altares son comercializados al triple de costo en el mercado Central de Acapulco, situación que complica adquirirlos, aunado a que el 50 por ciento de los acapulqueños se quedaron sin dinero en efectivo y las largas filas para retirar de los cajeros automáticos resulta tedioso.
Es la segunda vez en los cinco años que las familias de Acapulco no pueden visitar a sus difuntos, la primera ocasión fue provocada por la pandemia de Covid-19.
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