Los caballos ahora disfrutan de su libertad, recuperación, buen trato y alimentación en el santuario Cuacolandia

Acapulco se adapta a las calandrias motorizadas

Tras dar cumplimiento a la instrucción del Consejo Consultivo de Bienestar Animal del estado de Guerrero, para el retiro de los caballos que jalaban las calandrias, el puerto de Acapulco ha adaptado su nueva imagen ante los turistas de sustituir a los jamelgos por cuatrimotos.

Fue el 5 de abril de 2020, que 42 caballos que tiraban las calandrias en Acapulco, fueron llevados a el santuario Cuacolandia, propiedad de Elena Larrea, en el Estado de Puebla, en donde disfrutan de libertad, recuperación, buen trato y buena alimentación.

A partir de ese momento, los concesionarios de este tipo de transporte que prestan sobre la costera Miguel Alemán, han tenido que utilizar cuatrimotos para jalar las calandrias y prestar el servicio a los turistas que gustan recorrer la franja turística.

Aunque algunos paseantes han expresado extrañeza cuando solicitan un recorrido por la costera Miguel Alemán, se les explica que por la fatiga que representaba para los animales, las autoridades hicieron la propuesta para cambiarlos por motorizados.

Cabe señalar que una de las causas que obligó al Consejo Consultivo de Bienestar Animal del estado de Guerrero, llegar acuerdos con los calandrieros fue que, durante las jornadas de trabajo, los caballos que jalaban la estructura de hierro y madera, sufrían maltrato y les daban una mala alimentación.

La información la concesión la propietaria del santuario Cuacolandia, Elena Larrea, quien declaró a los medios de comunicación poblanos que los animales llegaron desnutridos, flacos, con heridas producidas por el transporte, mordeduras de murciélagos y fiebre de embarque.

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