Su silueta ilumina el cielo de Acapulco, Guerrero, una antorcha humana deja asombrados a los asistentes en La Quebrada, él es Amadeo y ha tomado la estafeta de manos de Héctor como clavadista de la nueva generación de este espectáculo de talla mundial.
Desde hace muchos años, en La Quebrada de Acapulco, surgió este lance como un reto, pues solo se realiza en pocas ocasiones, al requerir de mucha valentía para tirarse desde 35 metros de altura, pero prendido en llamas.
“Se siente bastante miedo la verdad, hay mucha adrenalina, ahí al ponerse ese traje y prenderte todo, si se siente mucho miedo, y se requiere de un poquito de entrenamiento”, dice con humildad Héctor Nieves, clavadista de Acapulco.
Durante los últimos años, Héctor Nieves fue el encargado de lanzarse al vacío con el cuerpo encendido, pero es momento de pasar la estafeta a las nuevas generaciones de nativos del puerto de Acapulco, y es así como ayuda a Amadeo para ser la nueva antorcha humana.
“¿Alguna vez pensaste que tú llegarías a ser la antorcha humana?, No, realmente yo como te digo es un clavado muy peligroso, entonces para mí ahorita si es un orgullo”, aceptó Amadeo Alcocer, clavadista de Acapulco.
Antorcha humana
Para los clavadistas de Acapulco, este es el lance de mayor riesgo, pues una vez colocado el traje especial, la luz se apaga, le rocían gasolina sobre el clavadista y le prenden fuego para lanzarse al vacío con casi nula visibilidad ante un público anonadado, ahí la magia surge.
Al impactar el agua el clavadista debe ser asistido por un grupo de veteranos, pues el peso del traje hace casi imposible nadar y una vez que sale del agua los aplausos no se hacen esperar.
“Amadeo, ¿Qué sentiste?, Mucho nervio, mucho miedo, pero una gran satisfacción de poder brindar este show para todos los visitantes aquí en Acapulco”, reconoce Amadeo.
Así es como la tradición de la antorcha humana perdurará para las próximas generaciones, en búsqueda de demostrar valor y sorprender al público.
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